El análisis del impacto de género de los programas presupuestarios constituye un elemento fundamental, dentro de la estrategia de las políticas públicas de igualdad, para luchar contra las desigualdades de género. Así se ha considerado en el ámbito internacional, en el que se han venido acumulando un buen número de experiencias que ofrecen un amplio abanico de posibilidades y numerosos aprendizajes desde los que poder avanzar.
Las primeras iniciativas surgieron a medidos de los años 80 del siglo XX en Australia y continuaron, con diferentes experiencias y modelos de implementación en Reino Unido-1989-, Canadá -1993-, Sudáfrica y Bélgica en 1994. Dichas experiencias fueron impulsadas, especialmente, por las Naciones Unidas y por la Unión Europea, que las dotaron de legitimidad y peso político, abriendo una nueva vía de intervención dentro de las políticas públicas de igualdad. En la IV Conferencia Internacional sobre la Mujer celebrada en Beijing en 1995, se da un impulso definitivo al camino iniciado, al establecerse como estrategia principal de actuación en materia de igualdad el mainstreaming o la transversalidad de género, lo que significa que el principio de igualdad debe de integrarse en todas las políticas que desarrollen los poderes públicos (entre ellas, las políticas presupuestarias).
En España, las primeras iniciativas de este tipo surgen a principios de este siglo con la experiencia piloto liderada por Emakunde1-2003- en el País Vasco y que tras un periodo de paralización se ha retomado en los últimos años. A partir de entonces, se desarrollan otras experiencias, tanto en el ámbito estatal, como en el autonómico y –en menor medida- local. De entre ellas, quizá la referencia más importante la constituye el esfuerzo realizado por la Junta de Andalucía, que ha desarrollado una estrategia y metodología propias.
En la actualidad muchas de las experiencias que se siguen realizando están dirigiéndose cada vez más a vincular las acciones presupuestarias con el gasto, pero sin acabar de encontrar un método que haga factible el establecer la relación entre la clasificación económica del gasto con la clasificación funcional. Será necesario observar la evolución para acompasar este proceso con el resto de experiencias que se están llevando a cabo.
En consonancia con lo dicho, el establecimiento y consolidación de una metodología de trabajo que se integre en el propio diseño, planificación y hacer de la actividad presupuestaria sigue constituyendo un reto que, además, se ha visto incrementado con la aparición de la crisis sanitaria de la COVID19. La estrategia seguida hasta ahora ha consistido en un procedimiento gradual, en el cual desde el año 2017, año a año, se han ido incorporando nuevos programas presupuestarios, al análisis de los presupuestos con perspectiva de género. Para el presupuesto de 2021 serán un total de 21 programas los que llevan incorporada la perspectiva de género, que representan un 27,06% del importe total de los Presupuestos Generales de Navarra.
En 2019 se ha llevó a cabo una reflexión sobre este procedimiento con el fin de analizar la manera más adecuada de seguir avanzando en este proceso y de acelerar el ritmo de forma que se pueda incorporar la perspectiva de género al PGN en su totalidad. Se propuso, para 2020, realizar una clasificación de los programas según su pertinencia al género, implementar con carácter universal la herramienta de seguimiento, elaborada también en este año 2019, que permita la verificación de los avances en la integración de la perspectiva de género y realizar auditorías de género (tal y como establece la Ley Foral17/2019, de 4 de abril, de igualdad entre mujeres y hombres), entre otras acciones.
Durante este 2020, se ha llevado a cabo la clasificación de los programas, a la cual hemos dedicado un apartado en el presente informe.
No obstante, es importante resaltar la situación que durante este año 2020 hemos vivido debido a la pandemia mundial ocasionada por el COVID-19, que ha afectado a todos los ámbitos de la economía y sociales a nivel mundial, teniendo repercusiones factibles e inmediatas en nuestro territorio.